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TITANES

 

Se les denomina así a doce de los hijos engendrados por Urano y Gea. Estos vástagos están compuestos por seis hijos llamados Titanes y seis hijas a las que también se las llama Titánides. El tamaño de los Titanes era gigantesco. Habitaban en lo alto del monte Otris.

Los Titanes son:

Océano, Ceo, Crío, Hiperión, Jápeto y Cronos

Las Titánides son:

Febe, Mnemósine, Rea, Temis, Tetis y Tía.

Los Titanes son seres que generalmente representan fuerzas elementales de la naturaleza. A través de estas fuerzas rudimentarias y brutales la mitología evoluciona dando lugar a una generación de fuerzas más depuradas, representadas por los dioses Olímpicos. Ante las cuales, los dioses primitivos se repliegan.
Según la leyenda, Urano cubría constantemente a Gea. Impidiendo que los hijos de ambos saliesen del seno de su madre. Gea convenció a Cronos, el pequeño de los Titanes, para que se levantara contra su padre. Bajo las indicaciones de su madre, Cronos castró a Urano.

Tras este episodio, Cronos se hizo con el poder, pero resultó ser un tirano aún mayor que su progenitor. Cronos se unió a su hermana Rea, pero para evitar que uno de sus hijos le destronase, devoraba a sus descendientes a medida que iban naciendo. Rea desesperada solicitó ayuda de Urano y Gea. Con la cooperación de Gea, Rea ocultó a su último vástago y le dio a Cronos una piedra para que se la tragara, en lugar del pequeño Zeus.

Ya de adulto Zeus inició una guerra que fue llamada Titanomaquia. En ésta, los Titanes liderados por Cronos se enfrentaron a los Olímpicos, a los Hecantoquiros y a los Cíclopes. El bando de los Olímpicos salió vencedor y Zeus obtuvo el trono divino. Los Titanes fueron desterrados al Tártaro, donde eran custodiados por los Hecantoquiros.
Los Titanes aparecen también en el mito de Zagreo. Por orden de Hera, los Titanes raptaron a Zagreo y lo despedazaron. Como castigo, Zeus los fulminó con su rayo y de sus cenizas surgió la raza Humana. Esta es una de las leyendas sobre la aparición de los humanos.

OCEANO:

En la mitología griega este océano mundial era personificado como un Titán, hijo de Urano y Gea. En los mosaicos helenísticos y romanos se representa con frecuencia a este Titán con el torso y brazos de un hombre musculoso con barba larga y cuernos (a menudo con pinzas de cangrejo), y con la parte inferior del cuerpo de una serpiente (compárese con Tifón). En fragmentos de una vasija arcaica fechada sobre 580 a. C.,2 entre los dioses que acuden a la boda de Peleo y la ninfa marina Tetis aparece un Océano con cola de pez, llevando un pez en una mano y una serpiente en la otra, dones de recompensa y profecía. En los mosaicos romanos puede aparecer llevando un timón y meciendo un barco. Algunos estudiosos creen que originalmente Océano representaba a todos los cuerpos de agua salada, incluyendo el mar Mediterráneo y el Océano Atlántico, las dos mayores masas acuáticas conocidas por los antiguos griegos. Sin embargo, a medida que la geografía se hizo más precisa, Océano pasó a representar las aguas más desconocidas y extrañas del Atlántico (también llamado «Mar Océano»), mientras el recién llegado de una nueva generación, Poseidón, gobernaba el Mediterráneo. La esposa de Océano era su hermana Tetis, y de su unión nacieron las tres mil Oceánides (o ninfas del mar) y todos los Oceánidas (o Potamoí), los ríos del mundo, así como las fuentes y los lagos.3 De Crono, de la raza de los Titanes, nacieron los doce olímpicos, y Hera menciona dos veces en la Ilíada su pretendido viaje «a los confines de la fértil tierra para ver a Océano, padre de los dioses, y a la madre Tetis, los cuales me recibieron de manos de Rea y me criaron y educaron en su palacio».4 En la mayoría de las versiones de la Titanomaquia o guerra entre los Titanes y los Olímpicos, Océano, junto con Prometeo y Temis, no se unió al bando de sus hermanos Titanes contra los Olímpicos, sino que se mantuvo ajeno al conflicto. En la mayoría de las versiones de este mito, Océano también rehusó unirse a Crono en la rebelión de éste contra su padre Urano. En la Ilíada, la rica iconografía del escudo de Aquiles que había creado Hefesto quedaba encerrada, como se creía que lo estaba el propio mundo, por Océano

OCEANO

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CEO:

En la mitología griega, Ceo (en griego antiguo ????? Koios, ‘inteligencia', ‘inquisitividad') era el Titán de la inteligencia. Los titanes eran los hijos gigantes de Urano (Cielo) y Gea (Tierra). Con su hermana Febe, titánide del brillo y la luna, Ceo fue padre de Leto y Asteria. De Zeus (hijo de Crono y Rea), Leto engendró a Artemisa y Apolo. Ceo representaba la adivinación por las estrellas, así como el eje norte del cielo alrededor del cual giraban las estrellas, que recibió el nombre de Polo por él (????? Polos era uno de los epítetos de Ceo). Junto con su esposa, que representaba el centro de la Tierra (entendida como un disco plano), despuntó como uno de los primeros dioses proféticos, siendo Ceo el portavoz de la sabiduría de su padre Urano y Febe la de su madre Gea. En este sentido sus dos hijas representaban las dos ramas de la clarividencia: Leto y su hijo Apolo presiden el poder profético de la luz y el cielo, mientras que Asteria y su hija Hécate lo hacen del de la noche, la oscuridad ctónica y los espíritus de los muertos. Asimismo Apolo dividía su tiempo entre el oráculo de Delfos, en el centro de la Tierra que presidía su abuela y, durante el invierno, en las regiones hiperbóreas, cercanas al polo que representaba su abuelo Ceo. Ambos lugares estaban custodiados por dragones, Pitón en Delfos y la constelación de Draco en el norte axial, pudiendo éstos representar a la pareja de Titanes. Según esta versión Ceo sería el dragón que Atenea lanzó al firmamento durante la citada titanomaquia. Con los demás titanes, Ceo fue derrocado por Zeus y los demás olímpicos, que lo encerraron en el Tártaro.

CEO

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CRIOS:

En la mitología griega, Crío (en griego antiguo ????? Kríos, ‘carnero', ‘amo') era el dios de los rebaños y las manadas, y quizá de los saqueos. Era uno de los Titanes, hijos de Urano y Gea, el menos individualizado de ellos. Participó en la guerra entre los Titanes y los olímpicos (la Titanomaquia). Después de que Zeus, líder de los olímpicos, pidiese ayuda a Gea y ésta dijera que debía liberar a los Cíclopes y los Hecatónquiros, los Titanes fueron derrotados y Crío fue arrojado al Tártaro, la parte más profunda del inframundo, junto con sus hermanos. Fue padre con Euribia de Astreo, Palas y de Perses. Según Pausanias, fue padre de Pitón.

CRIOS

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HIPERION:

En la mitología griega, Hiperión (en griego antiguo ?pe???? Hyperíôn, ‘el que vive arriba' o ‘el que mira desde arriba') es un Titán, hijo de Urano (el Cielo) y Gea (la Tierra). En la Ilíada de Homero, el dios sol se llamaba Helios Hyperion (‘Sol en lo más alto'), pero en la Odisea, la Teogonía de Hesíodo y el himno homérico a Deméter el sol recibe el nombre de Hyperonides (‘hijo de Hiperión'), y ciertamente Hesíodo imaginaba a Hiperión como un ser separado de Helios en otras obras. De hecho, algunos traducen «Hiperión» como ‘el que aparece antes que el Sol'. En la literatura griega posterior Hiperión siempre se distingue de Helios. Hiperión es considerado el dios del fuego astral y la observación, y su hermana Tea la diosa de la vista. Según Hesíodo, se casó con Tea (llamada Eurifaesa es el Himno homérico a Helios), su hermana, con la que tuvo tres hijos: Helios (el Sol), Selene (la Luna) y Eos (la Aurora): Tea concibió del amor de Hiperión y dio a luz al gran Helios y las brillantes Selene y Eos, que traen la luz a todos los mortales de esta tierra y a los inmortales dioses que gobiernan el ancho cielo. Sus tres hijos eran notables por su belleza y virtud, lo que atrajo sobre Hiperión los celos de los otros Titanes. Éstos, conspirando entre ellos, convinieron matar a Hiperión y ahogar a sus hijos. Hiperión desempeña un papel virtualmente nulo en los cultos griegos y muy pequeño en la mitología, con la excepción de aparecer en la lista de los doce Titanes. Autores griegos posteriores intelectualizaron sus mitos: De Hiperión se nos dice que fue el primero en entender, por su diligente atención y observación, el movimiento del sol, la luna y las demás estrellas, así como de las estaciones, que están provocadas por estos cuerpos, y dar a conocer estos hechos a los demás; y por esta razón fue llamado padre de estos cuerpos, pues había engendrado, por así decirlo, la especulación sobre ellos y su naturaleza.

HIPERION

 

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JAPETO:

En la mitología griega, Jápeto (en griego antiguo ?apet?? Iapetós), era un titán hijo de Urano y Gea. Fue padre de Atlas, Prometeo (a través de quien sería ancestro de la raza humana), Epimeteo y Menecio, a quien Zeus mataría en la Titanomaquia. Sus descendientes son a menudo llamados por las formas patronímicas Japétidas o Japetónidas. Según Apolodoro1 la esposa de Jápeto era una oceánide (hija de Océano y Tetis) llamada Asia, si bien otras fuentes afirma que la oceánide se llamaba Clímene, e incluso tras le emparejaba con Tetis, Asopis o Libia. Higino, que confunde a los Titanes y los Gigantes, hacía a Jápeto uno de estos, y le llamaba hijo de Tártaro. Homero menciona en la Ilíada2 que fue encarcelado con Crono en el Tártaro y Silio Itálico cuenta que estaba enterrado bajo la isla de Inarime. En los Trabajos y días de Hesíodo se alude a Prometeo como «hijo de Jápeto», y no se nombra a su madre. En la obra de Esquilo Prometeo encadenado (???µ??e?? desµ?t??), Prometeo es hijo de la diosa Temis, y aunque no se nombre a su padre, al menos Atlas sigue apareciendo como hermano suyo. Sin embargo, en sus Odas Horacio describe cómo ‘el audaz descendiente de Jápeto [Prometeo] / dio el fuego a los hombres gracias a un malvado engaño' (audax Iapeti genus / ignem fraude mala gentibus intulit). Dado que la mayoría de los Titanes consentían el matrimonio entre hermanos, podría ser que Esquilo se valiera de una vieja tradición en la que Temis era esposa de Jápeto y que la tradición hesíodica prefiriese que tanto Temis como Mnemósine fueran consortes sólo de Zeus. Sigue siendo sin embargo bastante corriente en las costumbres aqueas que Zeus hubiera tomado como amantes a las esposas de los Titanes tras derrotar a sus maridos. Pausanias escribió sobre otro personaje llamado Jápeto: Como ya he relatado, el límite entre Megalópolis y Herea está en el nacimiento del río Búfago. El río tomó su nombre, dicen, de un héroe llamado Búfago, hijo de Jápeto y Tornax. Así le llaman también en Laconia. También dicen que Artemisa disparó a Búfago en el monte Foloe porque intentó cometer un pecado sacrílego contra su divinidad.3 El Búfago es un afluente del Alfeo, Tornax es un montaña entre Esparta y Selasia, y las Foloe son unas montañas entre Arcadia y Elis. Esteban de Bizancio cita a Atenodoro de Tarso: Anquíale, hija de Jápeto, fundó Anquíale (una ciudad cerca de Tarso): su hijo fue Cidno, quien dio su nombre al río de Tarso: el hijo de Cidno fue Partenio, por quien la ciudad fue llamada Partenia: más tarde el nombre se cambió a Tarso. Esta puede ser la misma Anquíale que aparece en las Argonáuticas: Y cerca apilaron un altar de pequeñas piedras, y coronaron sus frentes con hojas de roble y procedieron al sacrificio, invocando a la Madre Díndima, la Más Venerable, Moradora de Frigia, Ticia y Cileno, quien sola entre muchos de los que se llaman jueces del destino y procuradores de la Madre Idea (de los Dáctilos Ideos de Creta), a quien una vez la ninfa Anquíale, mientras sujetaba con ambas manos la tierra de Axos, descubrió en la cueva de Dicte.4 Jápeto y Jafet Los creacionistas (como por ejemplo John Milton) equiparan a veces a Jápeto con Jafet, el hijo de Noé, por la similitud entre ambos nombres y porque sus mitos coinciden, si bien los investigadores de la lingüística indoeuropea disputan tal equiparación vehementemente. Según Robert Graves: La identificación de la Atlántida con Faros explicaría por qué Atlas es descrito a veces como hijo de Jápeto y otras veces como hijo de Poseidón, patrono de los navegantes griegos. Noé es Deucalión (quien sobrevivió al diluvio universal) y aunque en el mito griego Jápeto aparece como abuelo de Deucalión, esto podría significar, sencillamente, que era el antepasado epónimo de la tribu cananea que llevó a Grecia la leyenda mesopotámica del diluvio (más bien que la leyenda atlántica). Los Oráculos sibilinos5 hacen a Jápeto uno de los tres hijos de Gea y Urano, junto con Crono y Titán, recibiendo cada uno un tercio de la Tierra. Leyendas parecidas en los escritos judeo-cristianos atribuyen esta división en tercios a los tres hijos de Noé: Cam, Sem y Jafet.

JAPETO

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CRONOS:

En la mitología griega, Crono (en griego antiguo ?????? Krónos, transliterado también Cronus y Kronos) era el líder y —en algunos mitos— el más joven de la primera generación de Titanes, descendientes divinos de Gea, la tierra, y Urano, el cielo. Crono derrocó a su padre y gobernó durante la mitológica edad dorada, hasta que fue derrocado por sus propios hijos, Zeus, Hades y Poseidón, y encerrado en el Tártaro1 o enviado a gobernar el paraíso de los Campos Elíseos.2 Como resultado de su asociación con la abundante y generosa edad dorada, Crono fue venerado como una deidad de la cosecha, supervisor de cultivos como el trigo, de la naturaleza, la agricultura y la progresión del tiempo en relación con los humanos en general. Se le solía representar con una hoz (normalmente de pedernal), que usaba para segar la cosecha y que también usó para castrar a su padre, Urano. En Atenas, el duodécimo día de cada mes (Hekatombaion) se celebraba una fiesta llamada Cronia en honor a Crono y para celebrar la cosecha. Crono también fue identificado en la antigüedad clásica con el dios romano Saturno. La etimología del nombre es oscura. Podría estar relacionado con ‘astado', sugiriendo una posible relación con el antiguo demonio indio Kroni o la deidad levantina El. En la época alejandrina y el Renacimiento hubo cierta confusión con la palabra y el concepto ?????? Chronos (‘tiempo'), también personificado en un dios. En la mitología griega y los antiguos mitos En los antiguos mitos griegos, Crono envidiaba el poder de su padre y gobernante del universo, Urano. Éste se había ganado la enemistad de Gea, madre de Crono y los demás Titanes, cuando escondió a sus hijos menores, los Cíclopes, gigantes de un solo ojo, y los Hecatónquiros, gigantes de cien brazos y cincuenta cabezas en el Tártaro, para que no vieran la luz. Gea creó una gran hoz de pedernal y reunió a Crono y sus hermanos para convencerles de que matasen a Urano. Sólo Crono estuvo dispuesto a cumplir sus deseos, así que Gea le dio la hoz y le hizo tender una emboscada. Cuando Urano se encontró con Gea, Crono le atacó con la hoz y le castró. De la sangre (o, según algunas pocas fuentes, del semen) que salpicó en la Tierra, surgieron los primeros indicios de vida. Crono arrojó al mar la hoz (que dio origen a la isla de Corfú) y el miembro amputado de Urano, que produjo una espuma de la que nacería Afrodita. Por esto, Urano juró venganza y llamó a sus hijos titanes (‘los que abusan', según Hesíodo la fuente del nombre «Titán», pero esta etimología es discutible) por exceder sus límites y osar cometer tal acto. En una versión alternativa, un Crono más benévolo derrocó a Ofión, el malvado Titán serpiente. Al hacerlo liberó al mundo de su esclavitud y por un tiempo gobernó justamente. Tras derrotar a Urano, Crono volvió a encerrar en el Tártaro a los Hecatónquiros y los Cíclopes, a quienes temía, y los dejó bajo la custodia de la monstruosa carcelera Campe. Subió al trono junto a su hermana Rea como reyes de los dioses. Esta época del reinado de Crono se denominó la edad dorada, pues la gente de entonces no necesitaba leyes ni reglas: todos hacían lo correcto y no existía la inmoralidad. Crono supo de Gea y Urano, poseedores del conocimiento del porvenir, que estaba destinado a ser derrocado por uno de sus propios hijos. Por ello, aunque fue padre con Rea de los dioses Deméter, Hera, Hades, Hestia y Poseidón, se los tragaba tan pronto como nacían. Cuando iban a nacer su sexto hijo, Zeus, Rea pidió a Gea que urdiese un plan para salvarlos y que así finalmente Crono tuviese el justo castigo a sus actos contra su padre y sus propios hijos. Rea dio a luz en secreto a Zeus en la isla de Creta y entregó a Crono una piedra envuelta en pañales, también conocida como Ónfalos, que éste tragó en seguida sin desconfiar creyendo que era su hijo. Rea mantuvo oculto a Zeus en una cueva del monte Ida en Creta. Según diversas versiones de esta historia, Zeus fue criado: Por una cabra llamada Amaltea, mientras una compañía de Curetes o Coribantes, bailarines armados, gritaban y daban palmadas para hacer ruido y que así Crono no oyese los llantos del niño. Por una ninfa llamada Adamantea, que escondió al niño colgándolo con una cuerda de un árbol de forma que quedara suspendido entre la tierra, el mar y el cielo, sobre los que gobernaba su padre, Crono. Por su abuela Gea. Por una ninfa llamada Cinosura, a quien en agradecimiento Zeus subió entre las estrellas tras su muerte. Por Melisa, quien lo alimentó con leche de cabra. Cuando hubo crecido, Zeus usó un veneno que le dio Gea para obligar a Crono a regurgitar el contenido de su estómago en orden inverso: primero la piedra, que se le dejó a Pitón bajo las cañadas del Parnaso como señal a los hombres mortales, y después al resto de sus hermanos. En algunas versiones, Metis le dio a Crono un emético para obligarle a vomitar los niños, y en otras Zeus abrió el estómago de Crono. Tras liberar a sus hermanos, Zeus liberó del Tártaro a los Hecatónquiros y los Cíclopes, quienes forjaron para él sus rayos. En una gran guerra llamada la Titanomaquia, Zeus y sus hermanos y hermanas junto con los Gigantes, Hecatónquiros y Cíclopes, derrocaron a Crono y a los otros Titanes. Tras esto, muchos de los Titanes fueron encerrados en el Tártaro, si bien otros no (como Crono, Epimeteo, Menecio, Océano y Prometeo). Gea engendró al monstruo Tifón para vengar a los encarcelados Titanes, si bien Zeus terminaría venciéndolo. Los relatos sobre el destino de Crono tras la Titanomaquia difieren. En la tradición homérica y hesiódica, fue encarcelado con los demás Titanes en el Tártaro (Ilíada xiv, 274; xv, 225; Teogonía 850ss). En los poemas órficos, fue encerrado por toda la eternidad en la cueva de Nix.[cita requerida] Una interpolación en Trabajos y días (169b-e ó 173a-e según las ediciones) indica que Crono fue luego liberado por voluntad de Zeus, y que desde entonces fue rey de las islas de los Bienaventurados.3 Píndaro muestra la influencia de esta versión en algunos versos (Olímpica II, 70ss). También describe su liberación del Tártaro, siendo entonces coronado rey del Elíseo por Zeus.[cita requerida] Crono es mencionado de nuevo en los Oráculos sibilinos, particularmente en el libro III, donde Crono, Titán y Jápeto, los tres hijos de Urano y Gea, reciben cada uno un tercio de la Tierra, y Crono es nombrado rey de todos. Tras la muerte de Urano, los hijos de Titán intentan destruir a la descendencia masculina de Crono y Rea tan pronto como nacen, pero en Dódona Rea da a luz en secreto a sus hijos Zeus, Poseidón y Hades, enviándolos a Frigia para ser criados al cuidado de tres cretenses. Tras saber de esto, sesenta hombres de Titán encarcelan a Crono y Rea, provocando que sus hijos declaren y libren la primera de todas las guerras contra ellos. Esta versión no menciona nada de la muerte de Urano a manos de Crono o del intento de matar a ninguno de sus hijos. El Crono fenicio Una versión atribuida por Eusebio al semilegendario historiador fenicio anterior a la Guerra de Troya, Sanconiatón, señala que Crono fue originalmente un gobernante cananita que fundó Biblos y fue posteriormente deificado. Esta versión da como nombre alternativo Elus o Ilus, y afirma que en 32.º año de su reinado, emasculó, asesinó y deificó a su padre Epigeo o Autoctón «a quien más tarde llamaron Urano». También afirma que tras la invención de los barcos, Crono, visitando el «mundo inhabitable», legó el Ática a su propia hija Atenea y Egipto a Tot, el hijo de Misor e inventor de la escritura.4 Para las colonias fenicias del Mediterráneo occidental, los templos dedicados a Moloch fueron convirtiéndose en templos a Cronos y posteriormente, con la conquista romana, en templos a Saturno. Consortes y descendencia

CONYUGUE
HIJOS
FILIRIA
QUIRON
REA
DEMETER
HADES
HERA
HESTIA
POSEIDON
ZEUS

En la mitología romana y la cultura posterior

Mientras los griegos consideraban a Crono una fuerza de caos y desorden, creyendo que los dioses olímpicos habían traído una época de paz y orden al arrebatar el poder a los primitivos y malvados Titanes, los romanos tenían una visión más positiva de este dios. Aunque la deidad romana Saturno se fundía fuertemente con Crono, los romanos favorecieron a Saturno mucho más que los griegos a Crono. Mientras Crono era considerado por los griegos un dios cruel y tempestuoso, su naturaleza se hizo más inocua bajo la influencia romana, con su asociación con la edad dorada haciendo que finalmente se convirtiera en el dios del «tiempo humano», es decir, los calendarios, las estaciones y las cosechas (aunque no debe ser confundido con Chronos, la personificación sin relación alguna del tiempo en general). Mientras los griegos desatendían a Crono en gran medida, considerándole una mera etapa intermedia entre Urano y Zeus, fue un aspecto mucho más importante de la mitología y la religión romanas: la Saturnalia fue una fiesta celebrada en su honor, y existió al menos un templo a él dedicado en la antigua monarquía romana. Debido a la abundancia de ciudades aisladas en las épocas antigua y clásica, se desarrollaron numerosos mitos y se adaptaron a las regiones locales. A medida que la tecnología permitió que las culturas de ascendencia común se reuniesen, la gente hizo adaptaciones para crear un panteón o entendimiento unificado del universo. Como resultado de la importancia de Crono para los romanos, su variante romana, Saturno, ha tenido una gran influencia en la cultura occidental. De acuerdo con la tradición de Oriente Próximo, el séptimo día de la semana judeocristiana también se llamaba en latín Dies Saturni (‘Día de Saturno'), en lo que supone la fuente del nombre de este día en idiomas como el inglés (Saturday). En astronomía, el planeta Saturno se llama así debido a la influencia romana: era considerado el séptimo y más externo de los objetos celestes visibles sin ayuda.

CRONOS

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FEBE:

En la mitología griega, Febe (en griego antiguo F??ß? Phoebe, ‘brillo' del intelecto), la de la corona de oro, era una de las Titánides originales, los hijos gigantes de Urano y Gea. Febe acudió al lecho de Ceo y de él concibió a Leto y a Asteria.1 Recibió el control del oráculo de Delfos de Temis, de acuerdo con algunas pocas fuentes, y posteriormente se lo daría a Apolo.2 También se aplicaba su nombre como epíteto a Artemisa en su papel de diosa de la luna, que se consideraba femenina.

FEBE

MNEMOSINE:

En la mitología griega, Mnemósine o Mnemosina (en griego antiguo ???µ?s??? Mnêmosúnê, de µ??µ? mn?mê, ‘memoria'), a menudo confundida con Mneme, era la personificación de la memoria. Esta Titánide era la hija de Gea y Urano, y la madre de las Musas con Zeus. En la Teogonía de Hesíodo, los reyes y los poetas recibían el poder de hablar con autoridad por su posesión de Mnemósine y su especial relación con las Musas. También se cuenta que Zeus se unió a Mnemósine nueve noches consecutivas y así engendró a las nueve Musas, que nacieron en un parto múltiple. Mnemósine también era el nombre de un río del Hades, opuesto al Lete, de acuerdo con una serie de inscripciones funerarias griegas del siglo IV a. C. escritas en hexámetros dactílicos. Las almas de los muertos bebían del Lete para así no poder recordar sus vidas anteriores cuando se reencarnaban. Los iniciados eran animados a beber del río Mnemósine cuando morían, en lugar de hacerlo del Lete. Estas inscripciones podrían estar relacionadas con una religión mistérica secreta, o con la poesía de Orfeo.1 Similarmente, a aquéllos que deseaban consultar al oráculo de Trofonio en Beocia se les hacía beber alternativamente de dos fuentes llamadas «Lete» y «Mnemósine». Un procedimiento similar se describe en el mito de Er al final de La República de Platón. Su equivalente romana era la diosa Moneta, aunque también se utilizaba su nombre griego.

MNEMOSINE

REA:

En la mitología griega, la titánide Rea, era hija de Urano y Gea, hermana y esposa de Crono, y madre con éste de Deméter, Hades, Hera, Hestia, Poseidón y Zeus. Estaba fuertemente asociada a Cibeles, tanto que en obras de arte solía ser representada en un carro tirado por dos leones, y no siempre era posible distinguirlas. En la mitología romana, fue la Magna Mater deorum Idaea y se le identificaba con Ops. Según Hesíodo fue nodriza de Dioniso.1 En la Antología Palatina se la menciona como nodriza de fieras y leones.2 Tras derrotar a Urano, su padre, Crono volvió a encarcelar a los Hecatónquiros, los Gigantes y los Cíclopes en el Tártaro, y dejó al monstruo Campe de carcelera. Él y Rea subieron al trono como reyes de los dioses. Esta época se denominó la edad dorada, pues la gente de entonces no necesitaba leyes ni reglas: todos hacían lo correcto, por lo que no eran necesarias. Crono fue padre de varios hijos de Rea: Hestia, Deméter, Hera, Hades y Poseidón, pero se los tragó tan pronto como nacieron, pues Gea y Urano le habían revelado que estaba destinado a ser derrocado por su propio hijo, tal como él había destronado a su padre. Sin embargo, cuando Zeus estaba a punto de nacer, Rea pidió consejo a Urano y Gea para urdir un plan que le salvara, y así Crono tuviera el justo castigo a sus actos contra Urano y contra sus propios hijos. Rea se escondió en la isla de Creta, donde dio a luz a Zeus. Luego engañó a Crono, dándole una piedra envuelta en pañales que éste tragó en seguida sin desconfiar. Entonces escondió a Zeus en una cueva del monte Ida en Creta. De acuerdo a diversas versiones de esta historia, Zeus fue criado: Por Gea. Por una cabra llamada Amaltea, mientras una compañía de soldados llamados Curetes o Coribantes, o algunos dioses menores, bailaban, gritaban y daban palmadas para hacer ruido y que Crono no oyese los llantos del niño. Por una ninfa llamada Adamantea. Puesto que Crono gobernaba la tierra, los cielos y el mar, ella le escondió colgándole con una cuerda de un árbol, de forma que quedaba suspendido entre la tierra, el mar y el cielo, siendo pues invisible a su padre. Por una ninfa llamada Cinosura. En agradecimiento, Zeus la subió entre las estrellas tras su muerte. Por Melisa, quien lo alimentó con leche de cabra. Tras hacerse adulto, Zeus obligó a Crono a regurgitar a sus otros hijos en orden inverso al que los había tragado: primero la piedra, que se la dejó a Pitón bajo las cañadas del Parnaso como señal a los hombres mortales, y después al resto. En algunas versiones, Metis le dio a Crono un emético para obligarle a vomitar los bebés, y en otras Zeus abrió el estómago de Crono. Entonces Zeus liberó a los hermanos de Crono, los Gigantes, los Hecatónquiros y los Cíclopes, de su mazmorra en el Tártaro y mató a su guardiana, Campe. En agradecimiento, los Cíclopes le dieron el trueno, el rayo y el relámpago, que habían sido previamente escondidos por Gea. En una guerra llamada la Titanomaquia, Zeus y sus hermanos y hermanas junto con los Gigantes, Hecatónquiros y Cíclopes, derrocaron a Crono y a los otros Titanes, que fueron encerrados en el Tártaro, un lugar húmedo, lúgubre, frío y neblinoso en los más profundo de la Tierra. Irónicamente, Zeus también encarceló allí a los Hecatónquiros y los Cíclopes. Según Homero Rea es la madre de los dioses, si bien no una madre universal como Cibeles, la Gran Madre frigia, con quien más tarde se le identifica. Su lugar original de culto estaba en Creta. Allí, cuenta la leyenda, salvó al recién nacido Zeus, su sexto hijo, de ser devorado por Crono, al darle en su lugar una piedra, y lo confió al cuidado de sus guardas, los Coribantes. Estos guardias se convertirían más tarde en escoltas de Zeus y sacerdotes de Rea, celebrando ceremonias en su honor. En tiempos históricos la semejanza de Rea y la Gran Madre asiática, Cibeles Frigia, era tan evidente que los griegos resolvieron el asunto considerando a esta última como su única Rea, que había abandonado su hogar original en Creta y huido a las tierras inexploradas de Asia Menor para escapar de la persecución de Crono.3 También hubo una versión opuesta,4 y es probablemente cierto que los contactos culturales con el continente trajeran a Creta el culto de la Gran Madre asiática, quien se convertiría en la Rea cretense. En la mitología griega, el símbolo de Rea es la luna. Sin embargo, en la romana su símbolo se conocía como el lunar. También tenía otros: el cisne, por ser un animal delicado, y dos leones, supuestamente los que tiraban de su carro.

REA

TEMIS:

En la mitología griega, Temis (en griego Teµ?? Themis, que significa ‘ley de la naturaleza' más que ‘autoridad humana') es mencionada por Hesíodo entre los seis hermanos y las seis hermanas (donde también está Crono) hijos de Gea con Urano, Tierra con Cielo. Entre estos Titanes del mito primordial, pocos fueron venerados en santuarios específicos en la época clásica, y Temis era tan antigua que los seguidores de Zeus afirmaban que fue con él con quien tuvo a las tres Parcas.1 Un fragmento de Píndaro, sin embargo, cuenta que las Moiras ya estuvieron presentes en las nupcias de Zeus y Temis, y que de hecho brotaron con Temis de los manantiales del Océano que circundaba el mundo, y le acompañaron por el brillante camino solar a ver a Zeus en el Olimpo. Es más seguro que con Zeus concibió a las Horas, las encarnaciones la oportunidad —la rectitud del Orden desplegándose en el Tiempo— y a Astrea. Temis estuvo presente en Delos como testigo del nacimiento de Apolo. Temis, la del ‘buen consejo', era la encarnación del orden divino, las leyes y las costumbres. Cuando se le hace caso omiso, Némesis trae el justo y colérico castigo. Temis no era colérica: ella, ‘la de preciosas mejillas', fue la primera en ofrecer a Hera una copa cuando volvió al Olimpo afligida por las amenazas de Zeus.2 Temis presidía la correcta relación entre hombre y mujer, la base de la familia legítima y ordenada, y la familia era el pilar del dimos. Los jueces eran a menudo llamados themistopoloi, ‘sirvientes de Temis'. Tal era la base del orden en el Olimpo también. Hera se dirigía a ella como ‘Señora Temis'. El nombre de Temis podría haber sido sustituido por Adrastea al nacer Zeus en Creta. Ella construyó el Oráculo de Delfos, y ella misma era oracular. Temis fue una de las deidades tras el Oráculo de Delfos, que recibió de Gea y le dio a Febe. Vivió casi siempre en la Tierra pero durante la edad de hierro, llena del espanto que le causaron los grandes crímenes que se cometían, se trasladó al cielo donde ocupó el lugar del zodiaco llamado Virgo. La equivalente romana de uno de los aspectos de la helénica Temis, como la personificación del derecho divino de la ley, fue Iustitia. Sus orígenes están en las abstracciones civiles de la forma de pensar romana, más que en la mitología arcaica, por lo que intentar comparaciones no resulta productivo. Representada como una mujer impasible, con los ojos vendados y llevando una balanza y una cornucopia, la imagen esculpida a la entrada de los juzgados es Iustitia, y no Temis. Se la sitúa sobre un león para señalar que la justicia debe estar acompañada de la fuerza.

TEMIS

TETIS:

En la mitología griega, Tetis, hija de Urano y Gea,1 es una titánide y diosa del mar, al mismo tiempo hermana y esposa de Océano.2 Fue madre de los principales ríos (oceánidas) del mundo conocidos por los griegos, como el Nilo, el Alfeo, el Meandro, y de unas tres mil hijas llamadas las oceánides.3 Considerada una personificación de las aguas del mundo, también puede ser vista como equivalente a Talasa, la personificación del mar. Aunque estos vestigios indican un papel importante en épocas primitivas, Tetis no desempeña virtualmente papel alguno en los textos griegos conservados, ni en registros históricos de la religión y los cultos griegos. Walter Burkert4 señala la presencia de Tetis en el Libro XIV de la Ilíada, en el pasaje que los antiguos llamaban el «Engaño de Zeus», cuando Hera tiende una trampa a su marido diciéndole que quiere ir «a los confines de la fértil tierra, a ver a Océano, padre de los dioses, y a la madre Tetis».5 Burkert ve en el nombre una transformación del acadio tiamtu o tâmtu, ‘mar', reconocible en Tiamat.6 Una de las pocas representaciones de Tetis que ha sido identificada con seguridad gracias a la inscripción que la acompaña es el mosaico de la Antigüedad Tardía (siglo IV) del suelo de unas termas en Antioquía, actualmente expuesto en Dumbarton Oaks (Washington, D. C.)7 En este mosaico, el busto de Tetis (rodeada de peces) surge de las aguas con los hombros desnudos. Contra su hombro descansa un timón dorado. De su frente brotan alas grises. Durante la guerra contra los Titanes, Tetis alzó a Rea como su diosa-hija, pero no hay registros de cultos activos a Tetis en época histórica. Tetis ha sido confundida a veces8 con otra diosa marina del mismo nombre, la nereida esposa de Peleo y madre de Aquiles. Algunos mitos dan a entender una relación entre ambas, como abuela y nieta. Indicativo del poder ejercido por Tetis, un mito9 cuenta que la importante diosa olímpica, Hera, no estaba satisfecha con la ubicación de Calisto y Arcas en el cielo, como las constelaciones Osa Mayor y Osa Menor, así que pidió ayuda a su niñera, Tetis. Ésta, diosa del mar, maldijo a estas constelaciones a girar alrededor del cielo sin bajar nunca del horizonte, lo que explica que fueran circumpolares. Robert Graves interpreta el uso del término «niñera» como identificador de las diosas que una vez tuvieron una importancia clave en los periodos anteriores a la documentación histórica.

TETIS

TEA:

En la mitología griega, Tea, Tía o Teia (en griego Te?a, también escrito Thea, Thia o Theia), llamada también Eurifaesa (????faessa Euryphaessa, ‘de amplio brillo'), era la Titánide de la vista y por extensión la diosa que dotaba al oro, la plata y las gemas con su brillo y valor intrínseco. Tea se casó con su hermano Hiperión, dios del vigilante sol, con quien fue madre de Helios (de quien se dice en su himno homérico que era hijo de Eurifaesa), Selene y Eos, el sol, la luna y la aurora. Los antiguos griegos creían que la vista era un rayo emitido por los ojos similar a los del sol y la luna, por lo que era lógico que la diosa de la vista fuese también madre de los dioses de estos cuerpos celestiales. Tras la Titanomaquia, en la que las Titánides habían permanecido neutrales, se fue a vivir al palacio de su hijo Helios. Píndaro elogia a Tea en su 5.ª oda ístmica: Madre del Sol, Tea de muchos nombres, por ti los hombres honran el oro por encima de todo lo demás; y a por el valor que les otorgas, oh reina, los barcos se enfrentan en el mar y recuas de caballos uncidos hacen maravillas en carreras de veloces giros. Tea parece aquí una diosa de brillo en particular y de gloria en general, pero la alusión de Píndaro a ella como «Tea de muchos nombres» es reveladora, pues sugiere la asimilación no sólo de parecidas diosas madres del sol como Febe y Leto, sino quizás también de diosas madres más universales como Rea y Cibeles. Al papel mitológico de Tea como madre de la diosa de la luna Selene se hace referencia con la aplicación de su nombre al hipotético planeta que, de acuerdo con una teoría, colisionó con la Tierra, provocando la creación de la luna.

TEA